Así pues, el
requisito para llegar a controlar las emociones de los demás —para llegar a
dominar el arte de las relaciones— consiste en el desarrollo de dos habilidades
emocionales fundamentales: el autocontrol y la empatía.
Es precisamente sobre
la base del autocontrol y la empatía sobre la que se desarrollan las «habilidades
interpersonales». Estas son las aptitudes sociales que garantizan la eficacia
en el trato con los demás y cuya falta conduce a la ineptitud social o al fracaso
interpersonal reiterado. Y también es precisamente la carencia de estas
habilidades la causante de que hasta las personas intelectualmente más brillantes fracasen
en sus relaciones y resulten arrogantes, insensibles y hasta odiosas. Estas
habilidades sociales son las que nos permiten relacionarnos con los demás,
movilizarles, inspirarles, persuadirles, influirles y tranquilizarles
profundizar, en suma, en el mundo de las relaciones. Pag. 73. Inteligencia Emocional
de Goleman
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