Sin disgusto vieron los patricios que la primera centuria nombró tribuno militar, sin que el ambicionase el cargo, a P. Licinio Calvo, que ya había dado pruebas de moderación en su primera magistratura y que además era muy anciano. Todo indicaba que serían reelegidos sus otros colegas del mismo modo. L. Titinio, P. Menio, P. Melio, Cn. Genucio y L. Atilio. Antes de las elecciones , antes del llamamiento de las tribus a sus filas P. Licinio Calvo, con permiso del interrey, habló así. " Romanos, esta elocuente prueba de consideración a nuestra magistratura debe ser para el año que va a seguir presagio de la concordia tan apetecible en las circunstancias en que nos encontramos. Si reelegís a mis colegas, que tienen en su favor la experiencia, yo no me encuentro en el mismo caso; yo no soy ya, como veis, más que la sombra y el nombre de P. Licinio: las fuerzas de mi cuerpo están agotada; he perdido los sentidos de la vista y del oído; mi memoria vacila y mi inteligencia languidece sin vigor. Yo os presento a este joven, añadió mostrando a su hijo, retrato, imagen del que obtuvo por primera vez entre los plebeyos el título de tribuno militar. Este hijo, que he educado en mis principios, lo doy y consagro como reemplazo mío a la república; os ruego, ¡ oh romanos¡ que le otorguéis este honor que me habéis concedido sin petición de mi parte y que no os neguéis a su solicitud apoyada por mis ruegos." Otorgóse al padre lo que pedía, y su hijo P. Licinio fue nombrado tribuno militar con autoridad consular.
Pag. 209, Historia Romana de Tito Livio.
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