EL VERDADERO SABIO JAMÁS ACUSARÁ A LA FE ENEMIGA DE LA RAZÓN Y DE LAS VERDADES NATURALES, SINO ANTES DEBERÁ DAR GRACIAS A DIOS, Y ALEGRARSE VIVAMENTE, PORQUE ENTRE LAS MUCHAS CAUSAS DE IGNORAR Y EN MEDIO DE LAS OLAS DE LOS ERRORES, BRILLA ANTE SUS OJOS COMO ESTRELLA DE SALVACIÓN LA SANTÍSIMA FE, MOSTRÁNDOLE, SIN QUE HAYA PELIGRO DE PERDERLO, EL PUERTO DE LA VERDAD. Epístola encíclica ( Aeterni Patris)
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