Bruto contaba treinta y siete años cuando se dio la batalla de Farsalia. A esa edad, que era para los Romanos la de la actividad política. se acababa de ser cuestor o edil; se soñaba ya con la pretura y el consulado, y se adquirían, luchando valerosamente en el forum o en la curia,, títulos para llegar a ellos. El bello ideal de todo joven a su entrada en la vida de los negocios públicos, era obtener esos honores supremos a la edad establecida por las leyes, la pretura a los cuarenta años, el consulado a los cuarenta y tres, y no había nada tan honroso como poder decir: "He sido pretor o Cónsul en cuanto tuve el derecho de serlo(meo anno) ". Si por dicha, mientras se desempeñaban estos cargos, la suerte favorecía con alguna guerra importante que proporcionaba la ocasión de matar a cinco mil enemigos, se obtenía el triunfo, y ya no quedaba nada por ambicionar.
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