lunes, 25 de febrero de 2013

DIÁLOGO ENTRE DOS CIERVOS





Venado 1
Venado 2

1.-Pregunta un venado al otro, ese humano que no tiene nada de humano nos busca con luz
2.-Contesta.-si y nos alumbra a los ojos, que querrá decir esto
1.-El otro día oí decir de un cazador a  otro, así.-Mira mano, cuando hay luna los venados no salen es preferible cuando es noche oscura. Ahora, cuando alumbras con tus lámparas y ves ojos color  rojo, son de araña o de un burro, pero cuando ves que son de color verdoso, entonces son de venado.
2.-Desdichados son  esos humanos, con el color de nuestros ojos nos delatamos
1.-Es entonces que nos tiran a matar
2.-El otro día un hermano cayó abatido a tiros por un cazador
1.- Como fue que lo mataron, cuéntame.
2.-Estábamos aquella tarde en lo más hondo de la barranca, cuando nos pusimos de acuerdo en salir a buscar comida, hasta que entrara la noche, desde luego, esperando que la luna no se apareciera, porque con ella hay lugares que parecen de día y es mejor quedarse en casa, por los enemigos naturales que nos acechan.  Pero esa vez, no salió la luna y esperamos que se llenara de oscuridad el campo para salir, y siendo las once de la noche, optamos por hacerlo muy despacito, sin hacer ruido a la parte alta del monte, en una planicie donde hay bastante comida, llegamos como a la una de la mañana, dimos vueltas como el conejo, cerciorandonos que no hubieran cazadores o nuestros enemigos naturales, y una vez enterados, entramos al pastizal y ahí estuvimos como espacio de dos horas comiendo y, aproximadamente a las tres de la mañana se le ocurrió a mi pareja descansar como nunca lo había hecho, echándonos en un pequeño paraje que cubría nuestros cuerpos,  intempestivamente vi una luz grande que a larga distancia nos alumbraba, yo me agaché, pensando mal y como dicen piensa mal y atinarás,  sin embargo, mi compañero levantó la cabeza y la volvió a bajar, yo al susurro le dije: no levantes la cabeza ni te muevas, que nos podrán matar los cazadores, contestándome que  la luz lo encandiló y no podía ver,  pero en eso escuchamos el ruido de un becerro tierno, mi compañero inocentemente volvió a levantar la cabeza como por inercia, fue en ese momento que sólo logré escuchar la detonación de un rifle, cayendo mi compañero inmediatamente herido de gravedad, sin mediar quejido alguno. Acto seguido, me incorporé y aturdido por lo sucedido, sin razonarlo más, me escabullí al monte hasta quedar fuera de peligro, mientras los cazadores se encaminaban a recoger al hermano fallecido.
1.-Pobre hermano, no se dio cuenta que los cazadores son muy mañosos y cargan rifles con mira telescópica para matarnos a larga distancia y fácilmente se dan cuenta del color de nuestros ojos, quienes somos, luego si no damos la cara, emulan una ternera tierna y nosotros levantamos la cabeza o quedamos pasmados por el ruido, acto que aprovechan  para matarnos.


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