Petronio

Una vez le preguntaron a Petronio  a que causas atribuía él la decadencia de las bellas artes en el siglo actual, sobre todo en lo que atañe a la pintura, de la cual no queda ni vestigio.

-El afán de riquezas, he ahí la causa de este triste cambio- respondió.

Allá en vida de nuestros mayores, cuando sólo al mérito se honraba, florecían las bellas artes y los hombres disputábanse a porfía la gloria de transmitir a los siglos venideros los descubrimientos útiles.

DEMÓCRITO.-Hércules de la ciencia, destilaba el jugo de todas las plantas conocidas y se pasaba la vida haciendo experimentos para conocer a fondo las variadas virtudes de minerales y vegetales.

EUDOSIO.-Envejeció en la cumbre de una alta montaña para observar más de cerca los movimientos del cielo y de los astros. Pag. 233. Petronio Obras completas.

La timidez de Juárez

La timidez de Juárez

La timidez de Juárez se extiende también a ese lienzo vibrátil del sexo: es tímido por superdiferenciación del instinto. Juárez fue un frígido. Parece que tuvo ( en Oaxaca) dos hijos naturales, circunstancia que no prueba lo contrario de sus restricciones eróticas. Sería un desfogue fugaz; una aventurilla a hurtadillas de su instinto aprisionado en las redes específicas, en los mecanismos represores, y en los moldes rígidos de su compostura dignataria y marital. Fue una raya en el agua ese incidente erótico.1

Pag. 289,Psicología de Juárez, Mateo Solana y Gutiérrez.

1 Juárez, concluidas sus labores por la noche, despedía al secretario y salía a caminar, llevando una pistola de bolsillo.

Comedia de enredos

MAQUIAVELO

Quisiera tener un príncipe de mi casa, sentado en las gradas de mi trono, que representase el papel del descontento. Su misión consistiría en fingirse liberal, en detractor de mi gobierno y en aliarse así, para observarlos más de cerca a quienes, en los rangos más elevados de mi reino, pudieran hacer un poco de demagogia. Cabalgando sobre las intrigas interiores y exteriores, el príncipe al cual confiaría esta misión, haría así representar una comedia de enredos a quienes no estuviesen en el secreto de la farsa. Pag. 160 diálogos entre Maquiavelo y Montesquieu.

La vida

La vida

Quédese, pues, el sol a mi espalda. Con embeleso creciente contemplo la catarata que se precipita estruendosa por el escarpado peñasco. De salto en salto, se revuelve mil, y levantando en el aire con bronco fragor masas de espuma. Pero cuan majestuoso, naciendo de esta  tempestad, se redondea el cambiante arco multicolor, tan pronto claramente dibujado, como perdiéndose en el aire y esparciendo en torno una lluvia fresca y vaporosa. Esto retrata el afán del hombre. Medita sobre ello y lo comprenderás mejor: en ese colorado reflejo tenemos la vida. Pag. 215. Goethe.  Fausto.

LA CULTURA

LA CULTURA

LA CULTURA NO ES UN DON DE LOS DIOSES A LOS MORTALES, COMO ENSEÑA EL MITO. LOS HOMBRES MISMOS LO HAN HALLADO TODO MEDIANTE SUS ESFUERZOS INQUISIDORES Y MEDIANTE ELLOS LO VAN COMPLEMENTANDO