sábado, 31 de marzo de 2012

LA FERIA DEL TEJATE

En el Estado de Oaxaca se celebra la Feria del Tejate, que es una bebida prehispánica, hecha a base de maíz, flor de cacao, cacahuate y nuez. Pero en los pueblos indígenas de Oaxaca, la bebida se prepara de época inmemorial, por cierto es una bebida refrescante y energética. Cuentan los Historiadores que esta bebida es originaria del pueblo Maya, pero quienes se encargaron  de trasladar a otros lugares fueron  los Aztecas, quienes  al practicar el comercio, pasaban por los pueblos del sureste para trasladarse a los pueblos de  Centroamérica y en su paso por las comunidades de Oaxaca, dejaron esta bebida  que se ha conservado, ahora es parte de la riqueza cultural de Oaxaca. El día primero de abril de cada año se celebra la Feria del Tejate en San Andrés Huayapam, lugar cercano a la ciudad de Oaxaca.

lunes, 26 de marzo de 2012

Maquiavelo

Quisiera tener un príncipe de mi casa, sentado en las gradas de mi trono, que representase el papel del descontento. Su misión consistiría en fingirse liberal, en detractor de mi gobierno y en aliarse así, para observarlos más de cerca a quienes, en los rangos más elevados de mi reino, pudieran hacer  un poco de demagogia. Cabalgando sobre las intrigas interiores y exteriores, el príncipe al cual confiaría esta misión, haría así representar una comedia de enredos a quienes no estuviesen en el secreto de la farsa.Pag. 160 Diálogo en el Infierno de Maurice Joly.

lunes, 19 de marzo de 2012

Lic. Celestino Pérez y Pérez




Lic. Celestino Pérez y Pérez
Nació en la población de Tlacolula de Matamoros, Oaxaca, el 21 de enero de 1894, fueron sus padres, el Coronel de Guardias Nacionales, Celestino Pérez  y doña Faustina Pérez y Pérez.
Se trasladó con su familia a la Ciudad de Oaxaca de Juárez, donde obtuvo su enseñanza primaria y al terminarla se inscribió al Instituto de Ciencias y Artes del Estado, donde realizó su carrera hasta recibir el Título de abogado , el 24 de agosto de 1914.
Siendo muy jóven ingresó al Partido Antireeleccionista de Oaxaca y acompañó, con otras personas, al apóstol Francisco I.Madero cuando realizó su campaña por la entidad.
Desde esa época la vida del Lic. Celestino Pérez y Pérez, estuvo íntimamente ligada  a todos los acontecimientos políticos  y revolucionarios de Oaxaca, teniendo que sufrir la prisión por los elementos  de la dictadura Huertista.
En el año de 1916 resultó electo Diputado al Congreso Constituyente que se reunió en Queretaro, al cual concurrió, habiendo firmado, con tal carácter la Constitución Política, que ríge los destinos de nuestra  patria.
Posteriormente a ese hecho memorable , nuestro biografiado ha ocupado puestos muy importantes, algúnos por comisión directa del  señor Presidente de la República. Fue Agente del Ministerio Público General.Juez de Distrito en San Luis Potosí, Tamaulipas, Zacatecas, Tabasco, Baja California, Puebla y en el Distrito Federal. Secretario del Juzgado de Distrito en Baja California. Presidente de la Junta Central  de Conciliación y Arbitraje en Mexicali, Baja California. Abogado en el Departamento Jurídico de Petróleos Mexicanos. Y por último Subdirector del Departamento  Jurídico de la Secretaría de Patrimonio  Nacional.
No obstante las labores desarrolladas por el servicio público, también ejerció la enseñanza, fue profesor de Derecho Constitucional en el Instituto de San Luis Potosí. Director del Instituto de Ciencias y Artes de Zacatecas y Profesor de Psicología Moral  en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca.
Pero hay dos acontecimientos en los que tomó parte muy activa y  que fueron de gran trascendencia. Creó el Sindicato  Unico de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, que originó de manera directa la nacionalización petrolera, y, también el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado, compuesto por empleados del Departamento de trabajo hoy Secretaría. Fue Senador de la República por el Estado de Oaxaca.

sábado, 17 de marzo de 2012

Máxima

"Los gobernados siempre están contentos con el príncipe cuando éste no toca ni sus bienes, ni su honor, y por lo tanto solo tiene que combatir las pretensiones de un pequeño número de descontentos, que le será fácil poner en vereda".

martes, 13 de marzo de 2012

ALEGORÍA DE PLATÓN

Y pinta a los hombres viviendo en una caverna subterránea que se abre hacía la luz a través de una larga galería. Los moradores de esta caverna viven encadenados a ella desde su niñez y sólo les permite ver hacía adelante. Están vueltos de espaldas hacía la salida. Lejos de ellos, al final de la galería por la que se sale a la luz, arde una hoguera cuyo reflejo ilumina por sobre las cabezas de los prisioneros la pared de atrás de la caverna. Entre ellos y la hoguera discurre en lo alto un camino y a lo largo de él una pared, comparable a la rampa de los teatros de títeres detrás de la que se esconde el titiritero para manejar sus muñecos. Por detrás de esta pared pasa gente llevando distintos objetos y figuras de madera y de piedra, unas veces en silencio y otras veces hablando. Estos objetos descuellan sobre el muro y el fuego proyecta sus sombras sobre la pared interior de la cueva. Los prisioneros, que no pueden volver la cabeza para mirar hacía la salida de la gruta y que, por tanto, no han visto durante toda su vida más que las sombras, las consideran naturalmente como la realidad y cuando oyen, al mismo tiempo que las ven cruzar, el eco de las voces de los portadores, creen oír el lenguaje de las sombras. 
Supongamos ahora que uno de lo prisioneros fuese puesto en libertad, que saliese de pronto a la luz y mirase hacia ella: sería incapaz de contemplar los brillantes colores de aquellas cosas cuyas sombras viera antes y no creería a quien le asegurase que todo lo que antes había visto era nulo y que su ojo contemplaba ahora un mundo de una realidad superior a la de antes. Este hombre estaría firmemente convencido de que aquellas imágenes de sombras a que estaba acostumbrado constituían la verdadera realidad y correría a ocultarse de nuevo en la cueva, con sus ojos doloridos. Necesitaría irse acostumbrando a fuerza de tiempo antes de estar en condiciones de contemplar el mundo de la luz. Al principio, no podría ver más que sombras, luego podría ver ya las imágenes de los hombres y de las cosas reflejadas sobre las aguas y sólo al final se hallaría en aptitud de ver las mismas cosas, directamente. Después, miraría al cielo y a las estrellas de la noche y su luz, hasta que por último se sentiría capaz de mirar al sol, no sus reflejos en las aguas o en otros objetos, sino al mismo sol, en toda su pureza y en el lugar que verdaderamente ocupa. Entonces, se daría cuenta de que es él quien produce las distintas estaciones del año y la sucesión de los años, el que reina sobre todo cuanto acaece en el mundo de lo visible y la causa de todo lo que él y los otros prisioneros habían contemplado siempre, aunque sólo como sombras. Y, recordando su anterior morada, la conciencia que allí tenía de las cosas y a sus compañeros de cautiverio, se consideraría feliz por el cambio ocurrido y compadecería a sus antiguos hermanos de prisión. Suponiendo que entre los prisioneros existiesen honores y distinciones para premiar a quienes distinguiesen más certeramente las sombras que veían cruzar ante ellos y a quienes mejor recordasen cuáles " solían" pasar antes, cuáles después y cuáles al mismo tiempo, hallándose así en condiciones de anticipar mejor lo que habría de ocurrir (alusión a los políticos sin  otra pauta que la de la rutina), no es fácil que el cautivo rescatado añore a aquellos honores, sino que, al igual que el Aquiles de Homero, preferirá ser el más humilde jornalero en el mundo de luz del espíritu que el rey de aquel mundo de las sombras. Y si por acaso volviese alguna vez al interior de la cueva y se pusiese a rivalizar como en otro tiempo con los demás cautivos, se pondría en ridículo, pues ya no podría ver nada en las sombras y le dirían que había echado a perder sus ojos al salir a la luz. Y si intentase liberar a uno de los otros y sacarlo de las tinieblas, correría el riesgo de que lo matasen, caso de que pudiesen apoderarse de su persona. Pag. 691,692 Paideia: Los ideales de la Cultura Griega por Werner Jaeger.

ALEGORÍA DE PLATÓN

Y pinta a los hombres viviendo en una caverna subterránea que se abre hacía la luz a través de una larga galería. Los moradores de esta caverna viven encadenados a ella desde su niñez y sólo les permite ver hacía adelante. Están vueltos de espaldas hacía la salida. Lejos de ellos, al final de la galería por la que se sale a la luz, arde una hoguera cuyo reflejo ilumina por sobre las cabezas de los prisioneros la pared de atrás de la caverna. Entre ellos y la hoguera discurre en lo alto un camino y a lo largo de él una pared, comparable a la rampa de los teatros de títeres detrás de la que se esconde el titiritero para manejar sus muñecos. Por detrás de esta pared pasa gente llevando distintos objetos y figuras de madera y de piedra, unas veces en silencio y otras veces hablando. Estos objetos descuellan sobre el muro y el fuego proyecta sus sombras sobre la pared interior de la cueva. Los prisioneros, que no pueden volver la cabeza para mirar hacía la salida de la gruta y que, por tanto, no han visto durante toda su vida más que las sombras, las consideran naturalmente como la realidad y cuando oyen, al mismo tiempo que las ven cruzar, el eco de las voces de los portadores, creen oír el lenguaje de las sombras.
Supongamos ahora que uno de lo prisioneros fuese puesto en libertad, que saliese de pronto a la luz y mirase hacia ella: sería incapaz de contemplar los brillantes colores de aquellas cosas cuyas sombras viera antes y no creería a quien le asegurase que todo lo que antes había visto era nulo y que su ojo contemplaba ahora un mundo de una realidad superior a la de antes. Este hombre estaría firmemente convencido de que aquellas imágenes de sombras a que estaba acostumbrado constituían la verdadera realidad y correría a ocultarse de nuevo en la cueva, con sus ojos doloridos. Necesitaría irse acostumbrando a fuerza de tiempo antes de estar en condiciones de contemplar el mundo de la luz. Al principio, no podría ver más que sombras, luego podría ver ya las imágenes de los hombres y de las cosas reflejadas sobre las aguas y sólo al final se hallaría en aptitud de ver las mismas cosas, directamente. Después, miraría al cielo y a las estrellas de la noche y su luz, hasta que por último se sentiría capaz de mirar al sol, no sus reflejos en las aguas o en otros objetos, sino al mismo sol, en toda su pureza y en el lugar que verdaderamente ocupa. Entonces, se daría cuenta de que es él quien produce las distintas estaciones del año y la sucesión de los años, el que reina sobre todo cuanto acaece en el mundo de lo visible y la causa de todo lo que él y los otros prisioneros habían contemplado siempre, aunque sólo como sombras. Y, recordando su anterior morada, la conciencia que allí tenía de las cosas y a sus compañeros de cautiverio, se consideraría feliz por el cambio ocurrido y compadecería a sus antiguos hermanos de prisión. Suponiendo que entre los prisioneros existiesen honores y distinciones para premiar a quienes distinguiesen más certeramente las sombras que veían cruzar ante ellos y a quienes mejor recordasen cuáles " solían" pasar antes, cuáles después y cuáles al mismo tiempo, hallándose así en condiciones de anticipar mejor lo que habría de ocurrir (alusión a los políticos sin  otra pauta que la de la rutina), no es fácil que el cautivo rescatado añore a aquellos honores, sino que, al igual que el Aquiles de Homero, preferirá ser el más humilde jornalero en el mundo de luz del espíritu que el rey de aquel mundo de las sombras. Y si por acaso volviese alguna vez al interior de la cueva y se pusiese a rivalizar como en otro tiempo con los demás cautivos, se pondría en ridículo, pues ya no podría ver nada en las sombras y le dirían que había echado a perder sus ojos al salir a la luz. Y si intentase liberar a uno de los otros y sacarlo de las tinieblas, correría el riesgo de que lo matasen, caso de que pudiesen apoderarse de su persona.

jueves, 8 de marzo de 2012

Lic. Benito Juárez

  • Bajo el sistema federativo, los funcionarios públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad. No pueden Gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes. No pueden improvisar fortunas, ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, disponiéndose a vivir, en la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley les señala.

lunes, 5 de marzo de 2012

Maquiavelo

En política las palabras nunca deben de estar de acuerdo con los actos. Debe crear en todo momento la impresión de ceder a las presiones de la opinión cuando en realidad ejecuta lo que secretamente ha preparado su propia mano.

domingo, 4 de marzo de 2012

Nuevo Milenio: Dioses

Nuevo Milenio: Dioses: Es una ilusión de los hombres pensar que los dioses nacen y tienen forma y vestidos humanos. Si los bueyes, los caballos y los leones tuvier...

Dioses

Es una ilusión de los hombres pensar que los dioses nacen y tienen forma y vestidos humanos. Si los bueyes, los caballos y los leones tuvieran manos y pudieran pintar como los hombres, pintarían a sus dioses con cuerpos y figuras análogas a los suyos, como bueyes y caballos. Los negros creen en dioses chatos y negros, los tracios en dioses de ojos azules y cabelleras rojas. Todos los fenómenos del mundo exterior, que los hombres atribuyen a la acción de los dioses, ante los que tiemblan, descansan en causas naturales. Pag. 168 Paideia.

Tácito

Los hombres tienen menos miedo de ofender a uno que se hace amar que a uno que se hace temer.